Durante meses creo que han sido dos las frases más utilizadas en la asamblea de Collado Mediano. La primera es piensa en global, actúa localmente. La segunda es «bueno, eso ya lo dejamos para las jornadas de cohexión». Se usaba para todo lo que parecía lo bastante delicado como para ser tratado durante dos horas de asamblea, o sonaba aunque no lo fuera a vengo a hablaros de mi libro. Y parecía que las jornadas de cohesión, de terapia o superglú, no llegaban nunca. Finalmente el finde del 5-6 de Mayo y no sin dificultades pudimos sentarnos, durante los dos días, desde la hora del desayuno hasta la hora en la que aúllan los lobos y alrededor de una mesa para hablar de nosotras, de lo que somos, hacemos y queremos o no queremos hacer con esta asamblea. Y por allí pasamos unas 20 personas. Debatimos, trabajamos, debatimos la manera de trabajar, nos dispersamos, volvimos a debatir la manera de continuar con el trabajo, nos enfrentamos a alguno de los fantasmas con forma de ideas que cuesta conciliar o que jamás formarán parte de un consenso y cada cual expresó lo que quiso y como quiso. Al final, sólo dió para conocernos un poco más, fijar algunas líneas operativas y saber que seguimos en el mismo barco, pero ese era el principal objetivo de las jornadas. En el tintero se nos quedaron mil cosas, entre ellas la posibilidad de hacer un repaso de nuestra andadura como asamblea y un repaso al 15M en general. Las jornadas nos dejaron plof, pero plof por entrega intensa y cansancio, de modo que casi nadie tenía cuerpo para preparar lo siguiente, que era la mani del 12. Otras veces hemos buzoneado el pueblo, pero claro estábamos en plan: “a ver quién dice pio primero”. Pasaban los primeros días de la semana bajo la sombra de un sentimiento de culpa cuando buscando en google alguna cosa me topé con una grabación del programa de RNE que se emitió la mañana del 17 de mayo del año pasado, al día siguiente del primer desalojo de sol. Se trataba de un tertulia en una emisora pública en la que se soltaban perlas, muchas perlas que ahora seguro ninguno de aquellos se atrevería a repetir. En medio de ese vendaval de chiringuito en el que parecía fácil y paternalista reducir a un cliché simple de antisistema y violento a ese joven iluso al que con buen criterio le habían desalojado, faltaría más, qué era eso de revivir una fórmula asamblearia ya caduca y en todo caso flor de un día, cuando no hay más alternativa que la santa democracia por todos conocida y la legalidad vigente, en fin, resultó que al programa se le coló una oyente que les vino a aclarar a sus señoras poltronas varias cosas. Que eso era una radio pública, que los que se habían manifestado el día 15 eran personas de todo pelo, como ella, señora de cuarenta y varios, hartas de seguir admitiendo como normal, por ejemplo intervenciones tan vergonzosas y sin conocimiento de causa y sin capacidad de propuesta, como las que había oido, pagadas con dinero público, y por lo tanto con su dinero. La oyente que se llamaba Cristina siguió dando cera. El silencio con el que tuvieron que aguantar sus bofetadas en forma de palabra, me dio las claves para pensar que había material de sobra para explicar por sí mismo qué era el 15M y qué se había hecho después de un año. De hecho, lo que no había era tiempo material de recopilarlo, al menos para una asamblea humilde como la nuestra.
http://www.youtube.com/watch?v=6cQsgAUPixw
http://politica.elpais.com/politica/2012/05/05/actualidad/1336234920_810740.html